Urgente cambio cultural y una clase empresarial moderna.

El Primer Mandatario Rafael Correa durante el Enlace Ciudadano 431 realizado en Machachi, cuestionó el comunicado que difundió el Comité Empresarial Ecuatoriano esta semana en contra de las normativas propuestas por el Gobierno Nacional para los proyectos de Ley de Herencia y Plusvalía.

En el manifiesto se expresan varios puntos en los cuales los proyectos de Ley de Herencia y Plusvalía afectan a los ciudadanos. Entre estos puntos están que: afirman su total desacuerdo con normativas que dividen a los ecuatorianos, las Leyes propuestas estigmatizan la actividad empresarial y la generación de la riqueza, vulneran  la estructura familiar de la empresa, desestimula el emprendimiento, perjudica el ahorro y la inversión; el éxito y la generación de la riqueza no deben ser castigado.

Antes este comunicado el Presidente Correa reiteró y demostró que la propuesta de Ley de Herencia no afecta a la empresa, porque no perjudica costos de producción y de competitividad, debido a que está separada la propiedad de la administración; sin embargo, el problema surge porque aquí en el país el 90% de las empresas están concentradas en menos del 2% de las familias.

También, afirmó que nadie está castigando el éxito y la generación de la riqueza. “Decir eso solo demuestra una gran falta de responsabilidad social” expresó el Primer Mandatario.

“Lo que realmente está en discusión es si seguimos con el viejo país con acumulación limitada de riqueza, o el nuevo país donde se respeta la propiedad privada, se apoya a los emprendimientos pero se busca una justa redistribución de la riqueza” enfatizó el Presidente.

“Cómo cambiamos el país sino cambiamos las Leyes” manifestó el Presidente Rafael Correa, quien ratificó que aquí se impondrá la mayoría, la voluntad del pueblo ecuatoriano, no la voluntad de unos cuantos grupos de poder que no están defendiendo el bienestar de todas y de todos, sino, sus bolsillos. Ante ello, el Mandatario expresó que estas acciones demuestran que urgentemente el país necesita un cambio cultural y una clase empresarial moderna, un capitalismo moderno; no un capitalismo patrimonial del siglo XIX.